El impacto de tu dieta en el cambio climático

En un planeta afectado por el aumento de los mares, la expansión de los desiertos, la pérdida de biodiversidad y temperaturas, más altas, la pregunta de qué alimentos son mejores para el medio ambiente es difícil de responder.

La producción de alimentos representa aproximadamente una cuarta parte

de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo. Asimismo, el cambio climático amenaza la provisión mundial de alimentos, con la explotación de la tierra y el agua a un ritmo sin precedentes. 

“Cuando pensamos en el cambio climático, pensamos en las emisiones de automóviles, de los aviones y de nuestras casas. Y con demasiada frecuencia tampoco pensamos en lo que comemos”, dice la Dra. Dana Hunnes del Departamento de la salud comunitaria de la Universidad de California en Los Ángeles. 

Cambiar los hábitos alimenticios puede marcar una gran diferencia en la huella ambiental personal. Una forma de reducir este impacto es reduciendo nuestra producción y demanda de alimentos que tienen el impacto climático más fuerte.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el ganado representa alrededor del 14.5% de los gases de efecto invernadero del mundo cada año. Eso es aproximadamente la misma cantidad de las emisiones de todos los automóviles, camiones, aviones y barcos combinados en el mundo hoy. 

Esto no significa que ser vegano sea necesario.

“En realidad, nadie debería decirle a nadie lo que debe comer. Somos seres libres y con autonomía de decisión”, dice la Dra. Laura Martin Rubio,

Consumir menos carnes rojas y productos lácteos normalmente tendrá el mayor impacto para la mayoría de las personas. Reducir los alimentos con las huellas más grandes, como la carne de res, el cordero y el queso, es una buena manera de hacer esto.

Una forma de mantener un poco de carne en la dieta es reducir a una porción de carne roja por semana, reemplazando el resto con pollo, cerdo, o pescado. Incluir plantas ricas en proteínas como frijoles, legumbres, nueces y granos también es una buena manera de obtener proteínas sin consumir carne en exceso.

Para cambiar el impacto de la leche en el cambio climático, realizar una transición a formas alternativas podría ser beneficioso. La leche de avena, soja y almendras tienen una huella de gases de efecto invernadero más pequeña que la leche de vaca.

Fuente: Funi Blogs

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