Sabemos que las latas de aluminio, los envases de plástico, los cartones, el papel, el vidrio y los metales se pueden reciclar para disminuir la explotación de recursos naturales y el impacto al medio ambiente. Pero, ¿qué hay del dióxido de carbono (CO2) que ya se emitió? ¿Podríamos reciclarlo?
Desde la creación de diamantes de laboratorio y más recientemente convertir CO2 en azúcar, el concepto de reciclar el aire y convertirlo en algo «útil», mientras se mitiga el cambio climático, es cada vez más un concepto que se desarrolla con fuerza en Europa y otros países del mundo, de acuerdo con Business Green.
Captura de CO2 para reducir emisiones y costos
El CO2 es el principal gas causante del efecto invernadero de origen humano. Reciclarlo es un proceso diferente al secuestro y almacenamiento de CO2, donde se instalan equipos para retenerlo directamente en las chimeneas de los procesos de combustión o producción, y se almacena en el subsuelo.
En el caso de transformar el CO2, se requiere capturarlo directamente del aire. Ello significa que puede recuperarse gas que ya fue emitido, sin instalar mecanismos junto a las fuentes fijas de emisión. Realizar estas acciones es particularmente útil si consideramos que entre 15% y 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de fuentes como los vehículos de combustión, aviones y barcos.
En este contexto, el embotellador de Coca-Cola, Coca-Cola Europacific Partners (CCEP) ha anunciado una colaboración a través de su plataforma de inversión CCEP Ventures con la Universidad de California Berkeley (UCB), con el objetivo de desarrollar métodos escalables para convertir CO2 en azúcar.
La inversión permitiría al embotellador generar materias primas y materiales de empaques esenciales que serían más sostenibles a largo plazo, reduciendo algunas de las mayores fuentes de emisiones en las cadenas de suministro globales, además de ahorrar costos.
Alianza por la innovación climática
La alianza inicial con la UCB respaldará el trabajo del Grupo de Investigación Peidong Yang en la búsqueda que podría permitir la producción de azúcar a partir de CO2 a escala industrial. Asimismo, CCEP agregó que esperaba realizar futuras inversiones para ayudar a impulsar la tecnología desde el laboratorio hasta la fase piloto.
La embotelladora no reveló la cantidad exacta de inversión en la investigación, pero sí señaló que las tecnologías pueden desempeñar un papel fundamental en el viaje para alcanzar el cero neto en emisiones de gases de efecto invernadero para 2040.
Dado que los ingredientes agrícolas, incluido el azúcar, representan aproximadamente una cuarta parte de la huella de carbono total de CCEP, la nueva tecnología no solo podría reducir las emisiones asociadas con los procesos de fabricación de azúcar, sino que también contribuiría positivamente a optimizar el uso de la tierra a medida que haya menos zonas cultivables disponibles debido al crecimiento de la población mundial.
A largo plazo, la compañía también espera que la tecnología de captura de CO2 pueda permitir la creación de PET, de manera más eficiente, mientras se reduce la necesidad de petróleo crudo en el proceso de fabricación.
Convertir CO2 en azúcar y otros «bienes utilizables»
Craig Twyford, director de CCEP Ventures, señala que este es un paso en la construcción de un futuro mejor para el negocio, las comunidades y el planeta: «Queremos crecer de manera sostenible, produciendo bebidas que a la gente le encanten».
Para el profesor Peidong Yang de la Universidad de California Berkeley, la iniciativa de convertir CO2 en azúcar podría representar la capacidad de preservar el mundo natural. De acuerdo con él: «Esta es una visión científica audaz que traería beneficios ambientales inmediatos, transformando fundamentalmente la producción y distribución de bienes en todo el mundo».
El Grupo Peidong Yang de la Universidad de California Berkeley recibió recientemente un premio de la NASA, por un prototipo viable de conversión de CO2 en azúcar para su uso potencial en misiones espaciales de larga distancia.
Si bien este esfuerzo tecnológico apunta a la eficiencia y reducción de contaminantes, aún se tienen que evaluar los costes e implicaciones energéticas para un futuro sustentable.
Fuente: Expok News