Fue el porcentaje más bajo en 10 años, pero para lograr elevar la temperatura 1.5 grados, la reducción debería ser mucho mayor.
La intensidad mundial de carbono, emisiones de CO2 por unidad de PIB en 2021, se redujo un 0.5 por ciento, el porcentaje más bajo en los últimos diez años, y si se pretende llegar al objetivo de ascenso de la temperatura de 1.5 grados recogido en el Acuerdo de París, el ritmo de reducción debería llegar al 15.2%, según un informe de la consultora PwC.
El estudio “Net Zero Economy Index” (Índice de la Economía Neta Cero) que la consultora elabora anualmente, señala además que ninguno de los países del G20, los veinte países más desarrollos del mundo, está descarbonizando sus economías lo suficientemente rápido para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, que fueron refrendados en la COP26 de Glasgow (Reino Unido).
Según el documento, en 2021 el ritmo de descarbonización de la economía global, que mide la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) por unidad del Producto Interior Bruto (PIB), apenas alcanzó el 0.5% y se necesita una reducción del 77% en la intensidad de carbono en esta década para limitar el calentamiento a 1.5 grados.
En 2021, nueve de las veinte mayores economías del planeta, que suponen el 80% de las emisiones relacionadas con el uso de la energía, observaron un aumento de la intensidad de carbono.
En España, según PwC, las emisiones de CO2 por unidad de PIB crecieron un 4.39% el año pasado, y a pesar del dato, la intensidad de emisiones en el territorio español se encuentra al mismo nivel que la media de la Unión Europea y por debajo de la media mundial.
China con un 2.8% se sitúa a la cabeza de las economías con mayores índices de reducción de la intensidad del carbono, según el informe del PwC; mientras que la India (2.9%), Alemania (1.7%), Francia (1.4%) y Estados Unidos (0.1%) han visto cómo aumentaba debido, en parte, a la recuperación de la pandemia.
El estudio analiza la intensidad de carbono, el factor del combustible y la intensidad de energía.
Fuente: Forbes