Desde siempre el sargazo ha surcado las aguas del Caribe Mexicano, esta macroalga parda es el refugio y alimento para miles de tortugas marinas bebés. Es capaz de corregir la acidez y la carencia de minerales en los océanos, entre muchas otras bondades.
Pero desde 2011, cientos de toneladas de esta alga han invadido las playas mexicanas. El exceso de sargazo afecta a los ecosistemas costeros y aniquila a las especies marinas que, en cantidades normales, protegía, por ejemplo, a las tortugas.
En abril de 2022, la cantidad de esta alga rompió un récord histórico en las costas mexicanas con 14 millones de toneladas de acuerdo con cifras del Laboratorio de Oceanografía Óptica, Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad del Sur de Florida. Los miles de metros cúbicos de sargazo se han vuelto imposibles de manejar…hasta ahora.
Emprendimientos hechos con sargazo
Casas de sargazo
Omar Vázquez Sánchez encontró la forma de transformar 20 toneladas de sargazo en 2,000 piezas de ladrillos para construcción.
La empresa SargaBlocks nació en 2015, en medio de una oleada de sargazo en Puerto Morelos, Quintana Roo.
El emprendedor recolectaba la macroalga para hacer composta y recordó la casa de adobe de sus abuelos, así se le ocurrió crear ladrillos de sargazo. Después de varios intentos salieron los primeros dos ladrillos.
“Esa noche llovió torrencialmente, pero mis bloques sobrevivieron… Ahí supe que lo había logrado”, cuenta Omar Vázquez en su página web.
La técnica que elimina el olor del alga y al mismo tiempo la transforma en material de construcción, ya está patentada. Los SargaBlocks están hechos en un 70% de la macroalga deshidratada, hoy se hacen de manera artesanal e industrial. Son orgánicos, térmicos, reducen el ruido, mejoran la acústica y tienen una durabilidad de 120 años.
Omar Vázquez creó la primera casa de sargazo y la nombró Angelita, en honor a su madre. Tardó tres semanas en construirla y cuenta con recámara, sala, comedor, cocina, baño y ventanas, mide 40 metros.
El proceso de construcción también es sustentable, se utiliza una cantidad muy pequeña de agua y esta puede ser recolectada de lluvias y charcos. No se necesita pegamento adicional, porque el sargazo tiene uno natural, llamado agar.
El costo de estos blocks de sargazo es 20% más bajo que el de otros ladrillos tradicionales. Actualmente, SargaBlocks tiene disponibles dos modelos a la venta: industriales y artesanales.
Países alrededor del mundo con exceso de esta planta en sus playas ya han buscado al emprendedor para adoptar esta tecnología. “Me han buscado de Belice, Barbados, Puerto Rico, República Dominicana, Estados Unidos, Isla Guadalupe, Martinica y Malasia”, ha dicho en diversas entrevistas.
Biotecnología sin límite
Una tarde mientras las costas de Yucatán se llenaban de esta macroalga, los biólogos marinos Guadalupe Dayre Catzín y Mauricio Gómez decidieron tomar un poco e investigar.
“Sabemos que las algas marinas contienen cantidades enormes de nutrientes y nos pusimos a trabajar”, comparten los jóvenes en su página web.
Después de unos meses de investigación, en enero del 2015 obtuvieron el primer prototipo de un abono foliar hecho de sargazo y fundaron Salgax Biotecnología Marina Aplicada, una empresa dedicada a la investigación, desarrollo e innovación de productos biotecnológicos derivados del ambiente marino como abonos naturales, cosméticos, papel, barnices, entre otros.
“Nuestro producto puede ser utilizado en orquídeas, rosas del desierto, suculentas, cactáceas y cualquier otra planta ornamental. Cuenta con micro y macronutrientes esenciales para el crecimiento y desarrollo que darán como resultado flores con mejor coloración, floración, y se puede disminuir el estrés por trasplante”, describen en su página web.
El último proyecto que hicieron estos emprendedores es papel de algas marinas, incluido el sargazo, pero vendieron el desarrollo a otra empresa. Algunos de los proyectos que tienen estos biotecnólogos son biofertilizante orgánicos, sustratos y otros souvenirs.
Fuente: Tec Review